Columnas

La supervisión en el hospital y su lugar
por Graciela Graham

No se ha teorizado mucho sobre el control, hay prácticas que se realizan y que no se piensan mucho, a veces es mejor no pensar mucho. Se supone que hay un saber que se le supone al supervisor, pero el supervisor es un analista... ¿De qué saber se trata? ¿Se le supone saber supervisar? ¿Se le supone saber analizar? ¿Se le supone saber curar? Hay en la supervisión en el hospital un punto de gozne intermedio entre la enseñanza y el análisis, de hecho la supervisión pretende ayudar al psicoterapeuta a ubicarse respecto de su hacer con el paciente en una posición que no impida el desarrollo del tratamiento. La supervisión en el hospital es una práctica que de alguna manera no se ubica completamente dentro de lo que llamamos con Lacan análisis de control, es una práctica que está en los bordes del análisis, pero que es absolutamente necesaria en el lazo social.

Los Maestros
por Elena Jabif

Ha ocurrido a menudo que ciertos hombres publiquen sus confesiones para edificar a sus semejantes u obtener gloria literaria. Freud fue el primero en hacerlo por motivos estrictamente científicos. 43 años y un volver a empezar, relatos por peligrosos viajes de países desconocidos y el miedo de morir antes de haber cumplido con su tarea...
La autointerpretación de un sueño -"Disección de la propia pelvis"- le dice a Freud que posee buenas piernas para avanzar en su deseo, morirá como todo sujeto pero su obra lo trascenderá. El deseo infantil de inmortalidad personal muy vivo en sueños precedentes, y su deseo de sobrevivencia de su padre, es sustituido por un deseo adulto de donación de vida a sus descendientes y al espíritu de sus lectores: "los hijos obtendrán lo que sus padres no obtuvieron". Cada sujeto en distintos tiempos se nutre del don de la letra de sus maestros, uno por uno se "disecan" a sí mismos. Descubrir lo más recóndito de cada uno, soñar y sentirse convocados a una producción, crear un trabajo propio que los abandona en un tiempo precoz, porque no les pertenece, es Acto de Escuela.

El homicidio como efecto de discurso
por Amelia Haydée Imbriano

En el discurso capitalista, el sujeto efecto de discurso, es un sujeto de goce. Es desde esa condición que la efectuación de la pulsión homicida primordial puede ser la ocasión de una patentización del sujeto en lo real. Las transformaciones societarias construyen una variable cultural en donde es posible la transformación de lo ilegítimo en legítimo. Punto de ocasión para un debilitamiento de la función paterna en tanto operación jurídica. Consecuentemente se producen: fallas en la articulación simbólica-imaginaria, fallas de los mecanismos de defensa del yo que operan desde lo simbólico: represión y sublimación, y falla en la articulación simbólico-real. La gestión discursiva contemporánea, cuya herramienta es la igualación en nombre de la libertad y el derecho, se sostiene en una inflación de lo virtual y la infatuación del sujeto, generándose aumento de la tensión imaginaria. Al estar en disfunción lo simbólico en tanto Ley, las conflictivas imaginarias no tienen otra alternativa de resolución más que a través de un empuje en lo real. Allí encuentra posibilidad la emergencia del sujeto en una máxima expresión real: mato o muero.

Fetichismo
por Teodoro Pablo Lecman

Es importante recordar el papel central del fetichismo en la teoría psicoanalítica. Bajo la forma de la Verleugnung, un problema de juicios del yo (o más bien de lo que lo enuncia desde lo inconsciente) y no de división de la personalidad psíquica (aunque se asocie a ella a posteriori, vía represión) o de estrategias estancas supuestas frente a la castración como parece ser el estereotipo de la trilogía lacaniana represión/repudio/forclusión. La Verleugnung a veces traducida como repudio, repudiación, renegación, desmentida, pero migrante en los casos de Freud, tanto en la psicosis como en la perversión como en la neurosis. Tan afín a nuestra época en su mentira hiperbólica, epimenídica. La historia del calzado es maravillosa, proveniendo del latín calceamen, donde calco, pisotear, deriva también en calcar: copiar con una huella...

De la reclusión a la desaparición
por Carlos Paola

Desde una polarización falaz que invoca una ineficiencia estatal, se encubre la polarización de la sociedad. Y, desde un lenguaje empresarial que invoca una eficacia "apolítica", se justifica la empresa de engullirse desde los recursos naturales hasta el último centavo de las instituciones públicas. Es en este contexto que hoy, en Buenos Aires, pesa la amenaza de cierre y desmantelamiento de los Hospitales Psiquiátricos, y se produce el desplazamiento de algunos directores y designaciones "a dedo" que desconocen la ley de Salud Mental (448). Si la estructura de poder del Estado Moderno promovió la Reclusión de la locura, la estructura de poder de la Globalización promueve su Desaparición.

Berlusconi: la expropiación de la vergüenza
por Sergio Zabalza

El pudor remite a una escena social y por lo tanto al prójimo que, en forma virtual o efectivamente actualizada, hace sentir el compromiso de su presencia. Por eso Lacan afirma que "el impudor de uno basta para constituir la violación del pudor del otro" ; es decir: eso que solemos llamar vergüenza ajena es el malestar por el pudor dañado. Precisamente el pudor -esa única virtud, según Lacan - nos preserva de la petrificación entre el personaje y el sujeto al operar como un velo que ampara los lugares que constituyen nuestro semblante en la comedia de los sexos que habitamos. La difusión pública de las fiestas de Silvio Berlusconi no constituyen violación alguna de la intimidad de una persona. No hay pudor ni privacidad alguna en esas prácticas ejercidas al servicio de una obscena ostentación de poder, sino expropiación de la vergüenza. La ajena.

Cómo entender la violencia social en Argentina
por Norma E. Alberro

En nuestro país, nos encontramos con personas para quienes la desesperanza y la exclusión tienen por lo menos dos generaciones. ¿Es posible aplicar las categorías psicológicas y psicoanalíticas que intervienen en la constitución de la conciencia moral y el desarrollo de la comprensión y el discernimiento, sin incluir el valor constitutivo de la marginalización? La violencia juvenil demuestra en la actualidad, hasta qué punto lo social se articula con lo psíquico. Si los abuelos, los padres y los niños están excluidos del deseo social, esto produce no sólo la desorganización psíquica sino la inconsistencia de las funciones del sentimiento moral. A eso se le agrega la ruptura del contrato social y el deterioro o disolución de la trama social que debería contener mediante sus pactos y reglas las pulsiones individuales.

Lo que se espera de un psicoanalista el día de su muerte
por Martín H. Smud

Este tema resulta algo más que un tópico de investigación, es un punto de angustia para todo analista, psicólogo, para cualquier "trabajador de la salud mental". ¿Tiene consecuencias trabajar con la muerte, el duelo, la enfermedad, la agonía puesto en la perspectiva de la propia muerte? A más de 100 años de nacimiento del psicoanálisis no sabemos cómo desde un punto de vista teórico y por tanto clínico, acompañar con nuestras conceptualizaciones a los enlutados y a los duelistas. Y allí donde deberíamos estar más preparados para adentrarnos en campos cenagosos, quedamos a pie. Repensar las conceptualizaciones acerca del duelo, es repensar también el deseo del analista, y la relación de la muerte del otro con la propia.

Filiación, transmisión, uno a uno entre los analistas
por Teodoro Pablo Lecman

El psicoanalista no suele incluir el tiempo largo y la muerte en el proceso analítico. La necesidad de incluir la muerte, la propia mortalidad en el horizonte del análisis nos parece fundamental. Allí sin embargo deberíamos profundizar en qué quiere decir esto: no es decir "mañana me voy a morir". Tiramos dos referencias: el extraordinario tratadoLa enfermedad mortal(más bien la enfermedad hasta la muerte) de Kierkegaard, gran reelaborador de la afirmación de Hegel del hombre como enfermedad mortal. Y la "segunda muerte" de Lacan (al fin y al cabo tomada del Apocalipsis de San Juan), o su idea de que el analista debe jugar la baza del muerto. El análisis, si bien centrado en Eros, en la sexualidad, no puede dejar de incluir a Thanatos, a la separación, al abandono, a la muerte y al duelo que incluso lo preceden y lo seguirán.

Reflexiones en La mayor edad
por Sergio Zabalza

Algunos de nuestros ancianos pacientes están atados al palo de su nave. No es nuestro asunto a dónde viajan ni por qué eligen hacerlo así pero sí el compromiso de facilitarles un recorrido más placentero, relajado y dispuesto a soltar amarras y confiar en nuestro aporte. Es necesario que la música escuche al anciano. En otros términos: nuestra enunciación, lejos de proferir un imperativo bochinchero o el acento indulgente propio de la compasión, debe convocar al sujeto a través del tono. Para que una palabra alcance la dignidad de nombre: debe llamar a otra palabra. De allí que a veces nuestra voz bien puede quebrar aquella pesada inercia y desatar así las ataduras del mástil.



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