Lecturas
por Silvina Ramírez
La autora nos va llevando de la mano a través del narrador, el Negro. Pone sobre la mesa el genocidio indígena constitutivo del Estado argentino, señalando indubitablemente los vínculos existentes entre los despojos del pasado y los del presente. A su vez, cual trapecista, vincula lo sucedido en el pasado con los desaparecidos de la dictadura. No existe tiempo para las desapariciones, los desaparecidos son todos.
por María Eugenia Monarriz, Leonor Suarez y Rodrigo Abínzano
Este libro “Nos propone pensar el pasaje de la transmisión oral a la escritura, donde la palabra circula produciendo una pérdida que da cuenta de la fugacidad de lo oral. Esto le otorga a la lengua nuevas dimensiones que irán modificando la relación entre la lectura y la escritura. En este pasaje se produce un libro y un autor...”
por Elina Wechsler
Alemán toma el relevo del decir freudiano y lacaniano conectándolo con los pensadores de lo Común, subvierte a través de los dos puntos la condena a la soledad, conquista la posibilidad de un más allá de la praxis analítica en pos de una posible praxis política que no desestime que es la represión fundante freudiana la que produce el sujeto dividido y solo a partir de ella podrá formularse la represión social. Este libro descubre la desaparición de la verdad y la expansión del nihilismo en este mundo estallado por las ultraderechas actuales en su ensamble con la voluntad de poder de la Técnica… Se ha pasado del orden del sujeto al orden del individuo, ente golémico con un goce pulsional sin acceso a su propia palabra.
por Matías Buttini
Los psicoanalistas no somos sólo Dantes –viajeros– sino también Virgilios –acompañantes de viajeros–. Este libro tiene un subtítulo: montañismo y psicoanálisis. Es un libro escrito por un psicoanalista que en sus descansos es montañista. O un montañista que lee, o más aún, un analista que va a la montaña o la montaña viene a él.
por Alberto Santiere
El “idioma” de las investigaciones de Marta merece ser conocido, revisitado. 30 años en la misma dirección temática representan la gesta viva del psicoanálisis contemporáneo latinoamericano con el arrojo y constancia de los pioneros. Esta edición ampliada y presentada por Néstor Braunstein es una herramienta precisa para la formación y la praxis. Por su recorrido conceptual desde la obra de Freud y de Lacan, y por la propia lectura de la autora para abordar la magnitud e incidencia del superyó en la subjetividad y en la cultura, y para afinar la escucha y el diagnóstico diferencial en la clínica.
por Maite Esquerré
Este libro es un mundo dentro de otros mundos. Libro-llave que abre puertas a otras dimensiones del lenguaje. Creo que este libro corona la obra de Javier porque faltaba el diálogo con Artaud para completar la línea de los poetas en tiempos de indigencia. Como en sus libros anteriores, nos invita a exaltar nuestro espíritu, nos incomoda, nos interroga, nos conmueve, nos hace ganar algo corporalmente, fiel al deseo de Artaud: “Ninguna cosa me toca sino en la medida en que afecte mi carne en el punto exacto en que la conmueve”.
por Sergio Zabalza
El día miércoles 2 de agosto se presentó en la sala Raúl Alfonsín el número 4 de la Gaceta Psicológica de la Asociación de Psicólogos de la Ciudad de Buenos Aires, dirigida por Pablo Castillo; co-dirigida por Julieta Medici y prologada por Marcelo Clingo. Aquí una breve crónica de un autor y presentador de este ejemplar.
por Giselle Canteros y Florencia Vera
El pasado 22 de junio en el bar Je Suis Lacan de Buenos Aires, Florencia Vera, autora de Tocar el Lenguaje. En presencia del analista, en cuerpo vivo y Giselle Canteros, autora de El rechazo de Eros. Sobre el narcisismo de hierro capitalista les pusieron cuerpo y voz a algunos fragmentos de sus respectivos libros. Luego cada una hizo una lectura sobre el libro de la otra para abrir una conversación que estuvo coordinada por Celia Caminos.
por Juan Carlos Volnovich
Detrás del proyecto democratizador de aspirar a la igualdad entre los humanos –que para un proyecto socialista pudiera expresarse en la ilusión de acceder a una sociedad sin clases sociales–, se insinúa la iniciativa de construir una sociedad sin géneros. Pero, una sociedad donde las diferencias de géneros no soporten la opresión y la injusticia no necesariamente implica una sociedad donde los cuerpos, el erotismo, la pulsión y sus destinos queden suprimidos.
por Facundo D'onofrio
Sabía que traducir a Hilda Doolittle iba a ser difícil. H.D., la poeta, tiene una prosa compleja. De inmensa erudición, su pensamiento fluye entre cientos de referencias (librescas, mitológicas, artísticas) y aparece, caprichoso, con la libertad de quien hace con la literatura, porque puede, lo que quiere… Me gusta pensar el título del libro como una ironía, aunque no lo sea. H. D. admiraba a Freud, sí, pero no era condescendiente con él. La agudeza de su testimonio nos permite sumergirnos en la materialidad de las sesiones freudianas, muchas veces alejadas de sus preceptos inmortalizados y de las lógicas religiosamente defendidas por más de un siglo.